La momia de Pentaur (la momia que grita), el hijo del faraón Ramsés III, descubierta en la tumba DB320 en la montaña Tebana en 1881 por el egiptólogo alemán Émile Brugsch, es uno de los hallazgos más fascinantes y misteriosos del antiguo Egipto. ¿Por qué esta momia se encontraba atada, estrangulada y con la boca abierta en un terrible rictus de dolor? ¿Qué historia se esconde detrás de esta macabra figura que ha despertado la curiosidad y el interés de los arqueólogos y de los aficionados a la historia?
La momia misteriosa (la momia que grita)
En 1881, el egiptólogo alemán Émile Brugsch penetraba en la tumba DB320 en la montaña Tebana y una vez dentro de ella, descubrió más de cincuenta momias reales de faraones de las dinastías XVIII, XIX y XX, y se convirtió en un auténtico tesoro para los arqueólogos e historiadores. Sin embargo, entre todas las momias, la de Pentaur destacaba por su extraña posición y las marcas de violencia que presentaba en su cuerpo, lo que hizo acreedora del nombre de La Momia que Grita.

La identidad del fallecido
Luego de varios estudios realizados, en el año 2012 se comprobó que la misma pertenecía al hijo del Faraón Ramsés III (faraón de la dinastía XX), llamado Pentaur de unos 20 a 25 años.

La historia de Pentaur se remonta al año 1153 a.C., durante la dinastía XX del Antiguo Egipto. Según el Papiro de Turín, Ramsés III murió como consecuencia de una conspiración palaciega instigada por una de sus esposas y llevada a cabo por uno de sus hijos, el príncipe Pentaur.
La conspiración
Este extremo pudo demostrarse examinando la momia del faraón, que presentaba marcas de puñaladas en todo el cuerpo y señales claras de haber sido degollado. De acuerdo al papiro, los participantes de esta conspiración fueron juzgados, condenados a muerte y sus cuerpos quemados y sus cenizas esparcidas. Pero Pentaur recibió un trato distinto, el mismo fue estrangulado y momificado de manera que nunca pudiese disfrutar del descanso eterno.

La momia que grita presenta una serie de detalles que la hacen única. Además de la extraña posición en la que fue encontrada, con los brazos y pies fuertemente atados con tiras de cuero, la momia estaba envuelta en pieles de oveja, un animal considerado impuro en la cultura egipcia. Sobre su piel se habían trazado horribles maldiciones, lo que sugiere que se le consideraba un traidor y se le quiso castigar incluso después de la muerte.
Desde su descubrimiento, la momia de Pentaur ha sido objeto de numerosos estudios y análisis. En el año 2012, se comprobó que la momia pertenecía efectivamente a Pentaur, hijo del faraón Ramsés III. Además, se encontraron nuevas pistas sobre las circunstancias de su muerte: las marcas en su cuello indican que fue estrangulado, probablemente como castigo por su traición a su propio padre.

Aunque la historia de Pentaur y su momia siguen siendo un misterio en muchos aspectos, su descubrimiento ha contribuido a arrojar luz sobre los secretos del Antiguo Egipto
Si te pareció interesante, compártelo en tus redes sociales.